Las verdes tierras de Al Ahsa, en la zona este del reino, son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y albergan uno de los oasis naturales más grandes de mundo. En medio de palmeras datileras, tierras de labranza y manantiales naturales, Al Ahsa esconde lugares históricos que datan del Neolítico. Si pensaba que Arabia Saudí era todo desierto, aquí cambiará de opinión.
A poco más de 200 metros de altitud, las colinas de piedra caliza de Al Qarah ofrecen vistas espectaculares a la región tras una caminata agradable. Disfrute de la panorámica antes de salir a descubrir el laberinto de cuevas y pasadizos recortado en la roca.
Durante generaciones, los alfareros locales han confeccionado sus obras en la fábrica de cerámica artesanal Dougha, una de las más antiguas de la región. Pruebe su habilidad con la cerámica en el torno o elija un recuerdo para llevarse a casa.
La Mezquita Jawatha, construida por la tribu Bani Abd al-Qays, data del séptimo año de la Hégira y se cree que es la primera mezquita construida en la provincia Oriental del reino. Aunque gran parte de la estructura original de la mezquita se ha perdido, se ha llevado a cabo una obra de restauración para que se pueda orar cinco veces al día. Todos los visitantes son bienvenidos.
Viaje de forma responsable
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