En pleno corazón de Arabia Saudí, en la región de Najd, se alza Riad, la capital, una ciudad que combina lo antiguo y lo moderno, cuna histórica del reino y principal apuesta para convertirse en una metrópolis del siglo XXI. La historia y el patrimonio cobran vida de la forma más moderna posible en Riad.
Los lugares de interés histórico esparcidos por la ciudad y en las afueras cuentan la historia del nacimiento de la nación. La fortaleza Al Masmak, una ciudadela de adobe y arcilla de 150 años de antigüedad que destaca entre todos esos lugares en medio del casco antiguo de la ciudad, es un símbolo que nos recuerda el pasado saudí. Hoy en día funciona como museo, el punto de partida ideal para empezar a conocer Riad.
Para conocer bien cualquier ciudad árabe hay que recorrer de punta a punta su mercado. El zoco Al Zal de Riad ofrece artesanías tradicionales, especias e incienso, ropas tradicionales, antigüedades y un montón de tapices y alfombras tejidos a mano.
El Museo Nacional de Arabia Saudí nos cuenta la evolución del reino desde la era prehistórica hasta nuestros días a través de ocho galerías alojadas en un edificio moderno. Las colecciones permanentes y las exposiciones temporales son toda una experiencia evocadora para los amantes de la cultura. Para evitar las multitudes, visite el museo entre semana.
Si hubiera un epicentro del patrimonio, la histórica Diriyah merecería dicho título. Sus numerosos barrios, como Al Bujairy y Al Turaif, cuyas ruinas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2010, son un precioso ejemplo de la arquitectura tradicional de la región. Se trata del lugar donde nació el primer estado saudí, histórico punto de encuentro de peregrinos y comerciantes, y hogar del proyecto de patrimonio más ambicioso del reino. Visitar Diriyah supone revivir el pasado y ver qué deparará el futuro.
En Riad hay restaurantes de todo tipo, desde puestos de comida callejera hasta locales elegantes. Pero si lo que busca son platos tradicionales, la mejor opción es el restaurante Najd Village. Sus platos, preparados por talentoso chefs de la zona, prometen un festín inolvidable y un ambiente auténtico, lo mejor de la comida local.
En la era de las redes sociales, nada cotiza tanto como el escenario perfecto para una publicación, y no encontrará mejor lugar que El Fin del Mundo, es decir Jebel Fihryan, a 90 km a las afueras de Riad. Forma parte de la inmensa escarpa de Tuwaiq, que alberga un montón de rutas para ir a pie hasta la cima, donde esperan unas vistas imponentes. Imprescindible el todoterreno, un buen GPS y el equipo adecuado, ya que también se organizan noches de acampada.
La cultura beduina ha ido evolucionando y adaptándose durante siglos y en muchos países. Un día en el desierto nos muestra parte de dicho mundo. Disfrute de los paseos en camello, las hogueras, las tiendas y el silencio del desierto, y también de un poco de adrenalina con actividades emocionantes como senderismo y descenso de dunas en tabla y en todoterreno.
Imite a los beduinos y pase la noche al aire libre para descubrir todos los secretos del cielo.
Viaje de forma responsable
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