Desde shawarmas en puestos callejeros hasta cocina fusión, Yida ofrece una enorme diversidad de menús que son cada año más cosmopolitas.
Si pregunta a la gente de Yida cuál es el sabor por excelencia de la ciudad, recibirá muchas respuestas diferentes. Quizás el esponjoso pan jubz especiado de la panadería Shukri, abierta desde 1928 en el barrio histórico de Al Balad. O el mero pintado del mar Rojo, cocinado al momento en el restaurante de pescado Saedi, en el paseo marítimo. Otros podrían responder que el emblemático plato hiyazí llamado saleeq, un plato de arroz con pollo preparado con leche y que se puede degustar en la terraza frente al mar del Al Nakheel. Incluso se podría considerar que el sabor por excelencia de la ciudad fuera el pollo frito de Al Baik, que parece la alternativa saudí a KFC pero que encanta a los habitantes de la ciudad por su mezcla secreta de especias.
Yida siempre ha sido un lugar abierto a las influencias de fuera, como se puede observar en Baco, que sirve bao buns asiáticos y tacos mexicanos, en los atrevidos restaurantes libaneses como Byblos y Mataam Al Sharque, o en los cafés con leche de lavanda y tostadas de aguacate y parmesano que propone Black Cardamom, el local de moda para tomar el brunch. En Yida, las ideas son tan frescas como el pescado que reluce en los mostradores del mercado central de pescado.
Viaje de forma responsable
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